5 errores comunes al hacer compost
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Los 5 errores más comunes al hacer composta (y cómo evitarlos)

Los 5 errores más comunes al hacer composta (y cómo evitarlos)

Hacer composta puede parecer sencillo, pero muchos principiantes (y hasta algunos con experiencia) cometen errores que retrasan el proceso o lo estropean. Identificar estos tropiezos es clave para una práctica más eficiente, limpia y productiva.

Aquí te comparto los errores más frecuentes al hacer composta y cómo solucionarlos.


1. Exceso de humedad

El problema: Cuando hay demasiada agua, la composta se vuelve fangosa, huele mal y atrae plagas.

La solución: Agrega materiales secos como hojas, papel triturado o aserrín. Airea la mezcla removiéndola cada semana. También puedes observar si escurre agua cuando la aprietas con la mano. Si es así, está demasiado húmeda.


2. Falta de oxígeno

El problema: Un compostero que no se revuelve genera condiciones anaerobias (sin oxígeno), lo que causa malos olores y ralentiza la descomposición.

La solución: Remueve la composta al menos una vez por semana con un palo, pala o aireador manual. Si estás usando un contenedor cerrado, asegúrate de que tenga orificios de ventilación.


3. Añadir materiales incorrectos

El problema: Carnes, lácteos, aceites y restos cocidos generan mal olor, bacterias no deseadas y atraen animales.

La solución: Solo compostea residuos vegetales, cáscaras, café, té, papel, cartón, etc. Evita lo cocido, las carnes y los productos lácteos. También cuidado con plantas tratadas con pesticidas.


4. Mala proporción entre materiales “verdes” y “cafés”

El problema: Demasiados materiales húmedos (como frutas y verduras) o demasiados secos (como hojas) desequilibran el proceso.

La solución: Apunta a un equilibrio 50/50: mitad húmedo y mitad seco. Si la mezcla está muy húmeda, agrega café seco, papel o cartón. Si está muy seca, añade restos de cocina frescos o riega un poco.


5. No cubrir la composta

El problema: Dejar la composta expuesta al aire puede atraer moscas y resecar los materiales.

La solución: Cubre con una tapa, malla, costal, cartón grueso o lona. También puedes cubrir la última capa con hojas secas para mantener el equilibrio de humedad y evitar plagas.


Bonus: errores mentales

  • Abandonarla por impaciencia: El compostaje es lento, pero seguro. No esperes resultados en una semana.
  • Buscar compost “perfecto”: Cada composta es única. Observa, ajusta y confía en el proceso natural.
  • No observar ni oler: Tus sentidos son tus mejores herramientas. Huele, revisa la textura, siente la humedad.

Compostar es un aprendizaje continuo

Errar es natural, y compostar también lo es. Cada falla te acerca más a entender el ritmo de la descomposición y a dominar esta técnica ancestral. Con cada error superado, te vuelves más resiliente y autosuficiente.

Recuerda: estás trabajando con la vida misma, transformando residuos en regeneración. Eso ya es un acto revolucionario. Compostar no solo nutre la tierra, también fortalece tu independencia.

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